
La frase “me quedé sin batería” podría pasar a la historia más pronto de lo que creíamos. Realme ya no habla solo de conceptos: la marca aseguró que su smartphone con batería de 10.000 mAh entrará en producción masiva a comienzos de 2026. Un salto que, si llega como promete, cambiará la relación entre tamaño, peso y autonomía en el bolsillo.
¿Qué ha anunciado exactamente Realme?

El vicepresidente de Realme, Chase Xu, adelantó en Weibo que el proyecto de 10.000 mAh pasa de prototipo a producto con un arranque de fabricación a inicios de 2026. Distintos medios lo han corroborado, señalando además que la compañía aspira a mantener menos de 8,5 mm de grosor y menos de 200 gramos de peso, cifras que hace poco parecían imposibles para semejante batería.
El 27 de agosto de 2025, durante el Fan Festival 8·28, Realme volvió a calentar el ambiente con teasers de un móvil “más de 10.000 mAh” orientado al usuario final, dejándole claro al mercado que esto ya no es solo un laboratorio.
La clave está en el salto a ánodos de silicio-carbono, una tecnología que aumenta la densidad energética respecto al grafito tradicional. Realme ya mostró un concept que aguantaba hasta cinco días de uso con 15.000 mAh sin convertirse en un ladrillo, y dejó caer que el “modelo viable” para el gran público sería justo de 10.000 mAh. Si el concepto ya es delgado, el comercial puede equilibrar mejor peso, grosor y costes.
Además de una batería gigante, la marca ha presumido de carga por cable de hasta 320 W en sus prototipos recientes, y de una “Mini Diamond Architecture” que reorganiza placa y módulos internos para liberar espacio. Son pistas de que el producto final mantendría velocidades de carga muy altas y una ingeniería compacta.
¿Solo batería? También refrigeración creativa
Realme nos un guiño con ideas tan llamativas como la del “Chill Fan Phone”, un sistema con ventilador integrado (su “AC” embebido) capaz de reducir hasta 6 °C la temperatura del dispositivo según sus propias demostraciones. Puede sonar extravagante, pero tiene sentido si pensamos en cargas ultrarrápidas y juegos largos: más batería y más potencia requieren mejor disipación.
El mercado ya normaliza los 6.000–7.000 mAh en algunos modelos; un salto a 10.000 mAh con grosor sub-8,5 mm haría que la “ansiedad de batería” desaparezca incluso para quienes usan el móvil de forma intensiva (GPS, vídeo, redes, juegos). Si Realme entrega ese equilibrio entre autonomía, peso y diseño, obligará a rivales a mover ficha.
Prudencia con las expectativas
De momento, hablamos de cronograma de producción y de tecnología probada en conceptos. Las especificaciones finales pantalla, cámara, SoC pueden variar y la disponibilidad por regiones aún es una incógnita. Lo claro es que 2026 asoma como el año en el que un móvil “normal” con 10.000 mAh dejará de ser sueño y pasará a estantería.