
En el mundo de los relojes inteligentes, los pequeños avances marcan la diferencia. Y aunque Google no ha reinventado la rueda con su próximo Pixel Watch 4, lo cierto es que los detalles filtrados pintan un panorama más optimista que nunca para los usuarios que llevan años pidiendo una cosa por encima de todo: más batería.
Los rumores llegan esta vez desde una fuente interna de la propia compañía, según recoge Android Authority, y traen novedades de lo más interesante. Puede que a simple vista el nuevo reloj de Google no luzca muy distinto al modelo anterior es más, todo apunta a que conservará el diseño casi idéntico del Pixel Watch 3, pero bajo la carcasa hay mejoras clave que merecen atención.
La batería por fin da un salto, aunque modesto

Empecemos por lo más celebrado: la autonomía. El modelo de 41 mm aumentaría su capacidad de 307mAh a 327mAh, mientras que el de 45 mm pasaría de 420 a 459mAh. No parece mucho en papel, pero representa un salto del 7% y 9% respectivamente, suficiente para exprimir unas horas más de uso sin depender del cargador. Para quienes han usado la primera generación con apenas 294mAh este cambio es más que bienvenido. Por fin, una mejora tangible tras años de estancamiento.
Pero eso no es todo. Se habla también de una carga más rápida, aunque por ahora no hay cifras oficiales. Lo que sí sabemos es que el sistema de carga ha cambiado: se han eliminado los pines visibles, dando paso a un nuevo diseño con dos misteriosos recortes en la parte trasera del chasis. ¿Carga inalámbrica real? ¿Algún tipo de tecnología magnética más avanzada? Aún es un misterio, pero lo cierto es que Google quiere simplificar la experiencia sin perder eficiencia.
Curiosamente, es posible que veamos el mismo procesador de las últimas dos generaciones, el Snapdragon W5. ¿Una decisión arriesgada? Tal vez. Pero si Google ha optimizado mejor el sistema, podríamos ver un mejor rendimiento sin necesidad de cambiar de chip.
El Pixel Watch 4 se espera para el mes que viene, junto a los nuevos Pixel 10. A estas alturas, Google ya no necesita hacer mucho ruido para captar la atención, pero sí tiene la obligación de convencer.