Lo que comenzó como un experimento audaz en las oficinas de Meta hoy es una de las redes sociales más grandes del planeta. Threads, la aplicación creada para competir con X (antes Twitter), ha alcanzado la asombrosa cifra de 400 millones de usuarios activos mensuales, según confirmó Adam Mosseri, director de Instagram.
Threads y su camino por recorrer
Mosseri no escatimó en palabras para describir el recorrido: dos años de evolución desde una “idea disparatada” hasta una plataforma que, en sus propias palabras, impulsa el “intercambio abierto de perspectivas”. Un viaje que, según él, ha sido “una auténtica aventura”.
Lanzada en julio de 2023, Threads irrumpió con fuerza: 100 millones de usuarios en solo cinco días, un récord histórico en el mundo de las apps. Pero la euforia inicial tuvo su curva descendente; la actividad se desplomó en las semanas posteriores. Y ahí vino el reto: reconstruir el interés, no con fuegos artificiales, sino con un crecimiento sostenido.
Ese esfuerzo se tradujo en una escalera ascendente de cifras: 175 millones de usuarios activos mensuales a mediados de 2024, 300 millones en diciembre, 350 millones en abril de 2025 y ahora la cifra redonda de los 400 millones.
A pesar de este gran salto, Threads todavía mira desde atrás a su rival más veterano: X, que mantiene una base de 600 millones de usuarios activos mensuales. Su longevidad, comunidades sólidas y peso cultural siguen siendo un muro difícil de escalar. Sin embargo, los datos de uso móvil comienzan a dibujar un panorama más ajustado: la brecha se reduce, y rápido.
Parte del secreto de Threads ha sido jugar con una ventaja estratégica que pocos competidores poseen: la integración directa con Instagram. Con un par de toques, los usuarios pueden importar su red de contactos ya existente, evitando el temido “comenzar desde cero” que frena a tantos al unirse a una nueva app.
Pero más allá de las cifras y estrategias, Threads ha apostado por algo que no siempre es fácil de cultivar: la conversación abierta y civilizada. Un espacio donde, al menos en la visión de Mosseri, la interacción se aleja del ruido tóxico y se enfoca en el intercambio genuino de ideas.
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