Nothing, la joven pero disruptiva marca fundada por Carl Pei, ha decidido dar un golpe sobre la mesa. Su próximo buque insignia, el Nothing Phone (3), no solo ya tiene fecha de lanzamiento 1 de julio sino que también reveló su corazón tecnológico: el nuevo Snapdragon 8s Gen 4, un procesador que promete cambiar las reglas del juego en su segmento.
El anuncio no llegó con tambores ni fuegos artificiales. Fue Akis Evangelidis, cofundador de la compañía, quien en un tono más bien sobrio pero seguro confirmó lo que muchos esperaban. Pero el entusiasmo no tardó en desbordarse, especialmente cuando detalló las mejoras del nuevo chip frente a su antecesor. Sí, y bastante llamativos: 88% más de rendimiento gráfico, 33% más potencia en la CPU y un asombroso 125% de mejora en la NPU, esa unidad clave para tareas de inteligencia artificial.
Lo que hay detrás de esta decisión
¿Por qué elegir este procesador? La respuesta apunta más lejos que el rendimiento. Evangelidis lo dejó claro: este chip abre la puerta a un soporte de software sin precedentes en la historia de la marca. Estamos hablando de cinco años de actualizaciones importantes de Android y siete años de parches de seguridad. Una auténtica declaración de compromiso con el usuario.
Comparado con el Nothing Phone (2), que ofrecía cuatro años de actualizaciones del sistema operativo y cuatro de seguridad, la mejora es sustancial. En un mercado donde la obsolescencia programada sigue siendo tema de debate, este cambio posiciona al Phone (3) como una alternativa responsable y a largo plazo.
Más allá de los números, lo que realmente emociona es la visión. Nothing no solo quiere vender terminales bonitos y transparentes. Quiere ofrecer tecnología que envejezca bien, que siga funcionando y recibiendo soporte incluso cuando otros modelos ya pasaron al olvido. Y eso, en la era del consumo rápido, se siente como un pequeño acto de rebeldía.
Con todo esto sobre la mesa, el Nothing Phone (3) apunta alto. Muy alto. El primero de julio sabremos si cumple con las expectativas o si solo fue una promesa audaz. Pero si algo está claro es que esta vez, Nothing quiere dejar huella.
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