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El Rincón de China

El Pixel 6a en el ojo del huracán: entre incendios, humo y baterías limitadas

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Una madrugada cualquiera, un usuario del Pixel 6a despertó abruptamente. Un estruendo. Humo. Y un olor extraño que inundaba su habitación. Lo que parecía un sueño perturbador se convirtió en una pesadilla real: su smartphone, el Pixel 6a, se había incendiado mientras descansaba en su mesa de noche, a escasos centímetros de su cabeza. Las llamas alcanzaron incluso las sábanas. Y aunque logró reaccionar a tiempo y evitar una tragedia mayor, el susto fue inevitable. El humo lo dejó con molestias en la garganta durante todo el día.

No es una situacion aislada, el Pixel 6a es un riesgo general

¿Una excepción? Lamentablemente, no parece serlo. Google ya había alertado, semanas atrás, sobre problemas relacionados con la batería en algunos modelos del Pixel 6a. La empresa, de hecho, lanzó una actualización obligatoria para limitar el comportamiento de ciertos dispositivos con el fin de evitar sobrecalentamientos, o incidentes como este.

El caso ha encendido las alarmas (literalmente) y ha puesto el foco sobre un tema que preocupa desde hace años: la fiabilidad de las baterías de litio en los smartphones modernos. Pero en este caso, hay un agravante. Google sabía del riesgo. Y, aunque tomó medidas, estas podrían haber llegado demasiado tarde para algunos usuarios.

La actualización en cuestión se está aplicando solo a las unidades Pixel 6a consideradas «de riesgo», y entra en acción después de 400 ciclos de carga. A partir de ese punto, el terminal sufre limitaciones notables: menor duración entre cargas, velocidad de carga reducida y una recalibración temporal del medidor de batería. Todo esto, claro, en nombre de la seguridad. Pero no todos los usuarios están tranquilos. Aquellos con más de 375 ciclos de carga empezarán a recibir avisos. Una especie de cuenta regresiva hacia una degradación programada.

Google, en un intento por calmar las aguas, ha lanzado un programa de reemplazo gratuito de batería para los modelos afectados. El proceso implica ingresar el número IMEI del dispositivo en una web dedicada, y confirmar si el equipo califica para el cambio. Una solución, sí. Pero también una advertencia de que, incluso con las grandes marcas, no hay tecnología infalible.

Este nuevo incidente no solo deja en evidencia la importancia del mantenimiento y monitoreo del estado de las baterías, sino que también reabre el debate sobre hasta qué punto una empresa debe anticiparse y ser transparentes ante los riesgos. En un mundo hiperconectado, donde un smartphone duerme con nosotros, el fuego no debería ser parte del trato.

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