Cuando creíamos que el “diseño Samsung” estaba grabado en piedra, llega una filtración que mueve el tablero: el Galaxy S26 Edge aparece en renders CAD con una gran isla de cámaras que ocupa buena parte de la trasera, un perfil ultrafino de 5,5 mm e imanes internos para compatibilidad Qi2. No es solo un lavado de cara; es la antesala de un cambio de filosofía y de nomenclatura dentro de la serie Galaxy S. La marca coreana parece lista para romper su propia inercia.
Un vistazo al nuevo “rostro” Galaxy
Los renders basados en archivos CAD y difundidos por Android Headlines en colaboración con OnLeaks muestran una trasera con una amplia isla horizontal que se extiende de lado a lado y alberga dos cámaras posicionadas en vertical. La decisión choca con el lenguaje reciente de Samsung, donde los sensores “flotaban” sin módulo, pero tiene lógica: ganar espacio interno en un cuerpo delgadísimo y reducir tensiones estructurales alrededor del conjunto óptico. El resultado es un contraste llamativo: teléfono muy fino, zona de cámaras muy gruesa (hasta 10,8 mm con el relieve).
Fino, uniforme y con pantalla de 6,7 pulgadas
El S26 Edge apostaría por un frontal plano, marcos muy finos y uniformes, agujero centrado para la cámara y botones de encendido/volumen en el lateral derecho. Las dimensiones filtradas 158,4 × 75,7 × 5,5 mm (10,8 mm contando la protuberancia) mantienen la diagonal en 6,7 pulgadas y lo colocan más delgado que el S25 Edge (5,8 mm). En papel, es un hito de delgadez en la gama alta.
Adiós “Plus”, hola “Edge”: una gama que se reordena
La filtración encaja con semanas de rumores: Samsung eliminaría el modelo “Plus” y renombraría la base como “Pro”, dejando a Edge como heredero del Plus, y a Ultra en la cúspide. La estrategia simplifica el relato comercial y sitúa al S26 Edge como pilar central de la familia.
Las ventas más discretas del “Plus” y la necesidad de diferenciar mejores escalones de precio y especificaciones pueden estar detrás del giro. Un Edge tan delgado y con diseño singular sirve de gancho visual y de plataforma para otras novedades como Qi2 con imanes.
A diferencia de la serie S25 “Qi2 Ready” sin imanes, el S26 Edge integraría imanes internos para acoplar cargadores y accesorios magnéticos (MagSafe-compatibles, Pixelsnap y ecosistema Qi2), mejorando estabilidad y eficiencia de carga. En la práctica: menos “bailoteo” al cargar, más accesorios útiles y una experiencia más coherente con lo que ya ofrecen iPhone y Pixel.
La incógnita de la batería (con pista al alza)
En batería, la aguja se movería en positivo: de 3.900 mAh (S25 Edge) a 4.200 mAh, según listados regulatorios y reportes coincidentes. Hubo rumores de 4.400 mAh, pero lo más verosímil hoy es 4.200 mAh, un incremento prudente en un chasis tan fino.
Por otro lado,la gran isla recuerda, en parte, a los cambios rumoreados en el iPhone 17 Pro, que también viraría hacia un módulo más ancho. Más que copia, parece convergencia: todos los fabricantes persiguen lo mismo, más espacio interno y mejor disipación en cuerpos más finos.
Veremos si todos estos rumores se materializan en su presentación, pero hasta el momento todo pinta realmente bien.
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