
Qualcomm vuelve al escenario de los portátiles con una propuesta ambiciosa: dos nuevos procesadores para Windows —Snapdragon X2 Elite y X2 Elite Extreme— que elevan la apuesta en rendimiento, eficiencia energética y aceleración de inteligencia artificial. La compañía busca consolidar la ola iniciada con los primeros Snapdragon X y, de paso, plantar cara a Intel, AMD e incluso a los M-series de Apple.
Sobre el papel, hay motivos para el optimismo: más núcleos, frecuencias de hasta 5 GHz y una NPU que promete 80 TOPS para tareas de IA locales.
Aspectos claves de los nuevos procesadores de Qualcomm

El Snapdragon X2 Elite Extreme es el modelo más potente: incorpora la tercera generación de CPU Oryon, con configuraciones de hasta 18 núcleos y picos de 5.0 GHz, una cifra inédita en un chip Arm para portátiles. El X2 Elite se queda en hasta 12 núcleos y frecuencias algo más contenidas, pero ambos comparten arquitectura de 3 nm y mejoras en caché. En conjunto, Qualcomm promete hasta 31 % más velocidad de CPU y 43 % menos consumo respecto al Snapdragon X Elite original.
La nueva GPU Adreno mejora la eficiencia por vatio hasta 2.3 veces, mientras que la NPU Hexagon alcanza los ya mencionados 80 TOPS. La promesa incluye edición de video y audio con filtros generativos en tiempo real, asistentes más responsivos y flujos multimodales sin tanta dependencia de la nube. También se asegura compatibilidad con hasta tres monitores 5K a 60 Hz.
En sus pruebas internas, Qualcomm destaca ventajas notables frente a rivales x86 recientes: hasta 44 % más rendimiento en un solo núcleo, 75 % en multinúcleo, 52 % en gráficos y una NPU hasta 5.7 veces más potente. Aunque estas cifras deberán validarse en productos comerciales, refuerzan la narrativa que Qualcomm busca: más rendimiento sostenido con menos consumo.
La conectividad también es un punto fuerte. Los X2 integran 5G (hasta 10 Gbps), Wi-Fi 7 con High Band Simultaneous y Bluetooth con Snapdragon Sound. A esto se suma la promesa de una batería para varios días, basada en una gestión inteligente de cargas entre CPU, GPU y NPU. También se incorpora seguridad a nivel de silicio con SPU y soporte para Microsoft Pluton.
Aunque el anuncio ya es oficial, la disponibilidad apunta a la primera mitad de 2026. Esto sugiere que Qualcomm está dando margen a los fabricantes para afinar diseños más allá de los ultraportátiles y, quizás, explorar chasis con presupuestos térmicos superiores a 50 W. De concretarse, podríamos ver equipos Arm enfocados en creación de contenido y gaming nativo, un terreno históricamente esquivo.
La generación X2 llega con una misión doble: consolidar el despegue de Windows en Arm y demostrar que la IA local ya no es un apéndice, sino una parte esencial del flujo de trabajo diario. Si se cumplen las promesas de rendimiento por vatio y el ecosistema madura (drivers, compatibilidad y herramientas), 2026 podría marcar el punto de inflexión en que los portátiles Arm dejen de ser experimentales y se conviertan en la opción por defecto en movilidad. Esta podría ser la segunda ola que Qualcomm necesitaba para reafirmar su revolución en PCs.