Durante años, Sony se ha mantenido en el juego de los smartphones, no como un gigante invencible, sino como un jugador persistente. Los móviles Xperia, con su diseño elegante, pantallas brillantes y cámaras de firma propia, han sido una fuerte carta de presentación para los fanáticos más leales. Sin embargo, un cambio reciente sugiere que esa persistencia está dando un giro inesperado.
De forma discreta, casi sin levantar polvo, Sony ha eliminado cualquier mención a la producción de smartphones en sus sitios de fabricación en Tailandia y China. Donde antes se leía “smartphones” como parte del catálogo de productos fabricados, ahora sólo hay silencio. No hay comunicados oficiales ni explicaciones públicas, pero el gesto es mas que evidente.
Lo que esperamos para el futuro de Sony Xperia
¿Significa esto el final de la línea Xperia? No exactamente. Según fuentes provenientes de Japón, aunque Sony ha dejado de fabricar directamente sus smartphone, la producción no se ha detenido por completo. El más reciente buque insignia de la marca, el Xperia 1 VII, sigue vivo, aunque no bajo techo propio. El dispositivo está siendo ensamblado por una empresa externa, siguiendo una estrategia que Sony ya aplicaba en sus modelos de gama media, pero que ahora se extiende a su serie premium.
Este cambio de rumbo tiene implicaciones importantes. Por un lado, externalizar la producción podría aliviar los costos operativos de una división que nunca logró conquistar cuotas significativas de mercado frente a gigantes como Samsung, Apple o Xiaomi. Por otro lado, plantea dudas sobre el futuro a largo plazo de la línea Xperia: ¿es este un intento de recortar gastos o un paso más hacia la salida definitiva del mercado móvil?
Curiosamente, esta movida no ha repercutido todavía en el precio final para los consumidores. El Xperia 1 VII, por ejemplo, sigue costando unos impresionantes 1.600 euros, un precio que lo coloca en la élite del segmento premium, pero sin el respaldo masivo de ventas o marketing de sus competidores.
En tiempos donde la rentabilidad manda, la apuesta de Sony parece orientada a mantener viva la marca sin desgastarse fabricando ella misma sus productos. Ahora, sin fábricas propias en escena, el destino de Xperia parece más incierto que nunca.
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